Por medio de mi trabajo fotográfico, en especial la serie “Ella es, ella soy”, 2013 me interesa reflexionar e indagar acerca de la lucha constante que por lo regular muchas hijas libran con sus madres. Comienzo este proyecto desde mi propia experiencia y a partir de frases que mi propia madre me ha repetido en diferentes circunstancias como por ejemplo: “Como me ves, te verás”. Gracias a esta serie logro lidiar con conflictos internos que surgen por un afán de conseguir aprobación de quien representa un modelo a seguir. Desde mi punto de vista, cuando niña la relación madre-hija es incondicional y ella se convierte en casi un ídolo. En mi caso, obedecí todo lo que me dijo, y al crecer, estas imposiciones me llevaron a cuestionar el si quiero ser como ella o si soy como ella fué. Este tipo de preguntas generan conflictos que me distanciaron y me convirtieron mas en una enemiga que otra cosa. Una vez que estas dudas se despejan y dejan de tener importancia vuelvo al punto en el que mi madre es importante, ya no en un plano de idolatría; en cambio, la relación adquiere más valor y nos volvemos a conectar. Con esta serie me propongo enfatizar en esa línea delgada que nos separa y al tiempo nos une. A partir de características físicas que se acercan se crea el retrato de lo que parece ser una sola persona, un tanto deforme, si se quiere monstruosa, que habla del choque psicológico que esta semejanza provoca y al mismo tiempo nos conecta.